Trump

El exitoso modelo de negocio de Donald Trump

¡Hola! Soy Javier del equipo de Arca. Con la llegada del nuevo presidente de Estados Unidos, investigamos cómo la marca Trump impacta el mundo de los negocios. El resultado es un artículo imperdible que te regalamos, para que lo leas sin compromiso.

El apellido Trump provoca admiración y controversia al mismo tiempo.

Sus enormes edificios con letras doradas, el programa de televisión The Apprentice y su llegada a la Casa Blanca en 2016 han hecho que Donald Trump sea famoso en todo el mundo.

Sin embargo, no muchos saben que su campaña presidencial empezó más como una forma de promocionar su nombre y su marca, y no tanto como un verdadero plan de gobierno.

La historia del “imperio Trump” comienza con Fred Trump, el padre de Donald.

En las décadas de 1940 y 1950, Fred logró construir un negocio inmobiliario exitoso en Brooklyn y Queens, llegando a tener una fortuna de 40 millones de dólares de la época (que hoy equivaldrían a más de 400 millones).

Para impulsar a su hijo, le prestó 1 millón de dólares y le presentó a sus valiosos contactos, algo que Donald aprovechó para crecer aún más rápido.

Donald Trump siempre ha minimizado esta ayuda, describiéndola como un simple “pequeño empujón”.

Pero investigaciones de medios como el New York Times señalan que pudo haber recibido más dinero y apoyo de lo que él reconoce, incluso mediante maniobras fiscales para transferir grandes sumas de dinero a los hijos de Fred Trump.

Con ese respaldo, Donald se enfocó en Manhattan, donde apostó por proyectos de alto perfil, edificios emblemáticos y un estilo de lujo y ostentación.

No todos sus planes salieron bien: en Atlantic City, por ejemplo, abrió varios casinos de lujo (Trump Plaza, Trump Marina y Trump Taj Mahal) en busca de un éxito similar al de Las Vegas.

Pero la deuda gigantesca y los bonos de alto riesgo terminaron en quiebra poco después de su apertura.

A pesar de vender yates, aviones y parte de su aerolínea para salvar los casinos, muchos acabaron de nuevo en bancarrota.

Trump, sin embargo, siempre vio estas quiebras como un uso estratégico de las leyes de bancarrota.

En Manhattan, la historia fue distinta: la Trump Tower, en la Quinta Avenida, se convirtió en un símbolo de lujo.

Sus 58 pisos albergan oficinas, tiendas exclusivas y residencias de celebridades, y llegó a representar el 40% de su fortuna inmobiliaria.

Eso sí, no todos sus grandes proyectos han sido tan exitosos.

En Chicago, su imponente torre enfrenta una posible multa de 100 millones de dólares por deducciones de pérdidas que las autoridades cuestionan.

Por otro lado, los campos de golf se convirtieron en un negocio seguro para Trump.

El Trump National Doral, en Florida, está valuado en unos 300 millones de dólares, y él mismo anunció planes de invertir 3,000 millones en condominios en otro de sus campos cerca de Miami.

Esto muestra cómo ha diversificado sus ingresos, siempre confiando en la fuerza de la marca “Trump” para atraer clientes.

Uno de los mayores impulsos a su fama fue The Apprentice, programa con el que se dice que generó alrededor de 500 millones de dólares a través de patrocinios y venta de productos.

Allí, Trump reforzó su imagen de empresario exitoso y llevó su nombre a millones de hogares cada semana.

Gracias a esa fama, Trump descubrió el poder de su marca. Empezó a licenciar el apellido “Trump” para todo tipo de productos: hoteles, aviones, botellas de agua, desodorantes, perfumes e incluso filetes de carne.

Pero su movimiento más sorprendente ocurrió en 2015, cuando anunció su candidatura a la presidencia.

Al principio, casi nadie creyó que fuera un intento serio; muchos pensaron que solo buscaba promocionar su nombre una vez más.

Sin embargo, con su estilo directo y polémico, Trump ganó rápidamente la atención de los medios y atrajo a votantes cansados de los políticos tradicionales.

Así, contra todos los pronósticos, llegó a la presidencia de los Estados Unidos en 2016, sorprendiendo a expertos y medios de comunicación.

Lo que empezó como un favor paterno se convirtió, poco a poco, en un gran imperio empresarial y en una campaña política que cambió la historia de Estados Unidos.

La figura de Donald Trump, desde la ayuda inicial de Fred Trump hasta su paso por la Casa Blanca, demuestra el poder de la marca personal, el carisma mediático y la ambición para transformar la escena económica y política del país.

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